En la exploración de fondo de ojo se observan los quistes maculares con distribución radial a la fóvea. La angiografía es normal ya que no se trata de un proceso exudativo. Sí se observa un aumento de la autofluorescencia foveal aunque la prueba más característica es la OCT donde se aprecian los quistes maculares.
Se trata de una enfermedad que en la actualidad no tiene tratamiento. El pronóstico en general no es malo ya que la pérdida de la visión central es muy lenta y suele estabilizarse en la juventud. Además, la visión periférica estará conservada salvo posibles complicaciones asociadas como el desprendimiento de retina.
Por ello es muy importante el seguimiento por el oftalmólogo para detectar a tiempo y prevenir posibles complicaciones. También la valoración conjunta por especialistas en baja visión para adaptar filtros solares y dispositivos de ayudas ópticas.Dado que se trata de una enfermedad con una mutación genética identificada y un patrón de herencia conocido, es importante el estudio y el consejo genético al paciente.