El agujero macular es una rotura en el centro de la retina, en la fóvea. La fóvea es el centro de la mácula, que es a su vez la zona central de la retina, responsable de la visión central y del detalle. La mácula es la responsable de la visión del objeto al que estamos prestando atención, como algo que queremos coger, la cara de las personas, la lectura, etc.
Existen dos grandes grupos de agujero macular. El agujero macular de espesor completo, dentro del cual existen varios estadios, y el agujero de espesor incompleto, llamado agujero lamelar, dentro del cual también existen variantes. Es importante conocer esto ya que tanto la evolución, el pronóstico y la indicación de tratamiento es diferente, y ante personas que podría parecer que tienen la misma enfermedad, la actitud ante ella puede variar mucho.
Mención aparte tiene el caso del agujero macular en pacientes con miopía alta, ya que, a parte de ser más frecuente en ellos debido a las características de su retina, más elongada, débil y tracionada, presenta mayor riesgo de provocar un desprendimiento de retina secundario.
La prevalencia del agujero macular es de aproximadamente el 0,3% de la población 1, siendo tres veces más frecuente en mujeres que en hombres y más habitual en personas entre 60 y 70 años. La probabilidad de tener un agujero macular en el otro ojo, tras desarrollarlo en el primero, es del 10-15% 2.
Aunque hay casos secundarios a procesos inflamatorios intraoculares, post-quirúrgicos y principalmente traumáticos, el más frecuente es el idiopático, es decir, sin otra causa reconocible. El origen del agujero macular idiopático parece que se encuentra en la tracción ejercida por el vítreo (gel transparente que rellena la cavidad ocular) sobre la mácula.
Como cualquier alteración de la mácula, los síntomas que provoca van desde pérdida progresiva de la visión central, principalmente de cerca, distorsión de las imágenes o metamorfopsia, hasta un escotoma o mancha central que impide completamente la visión.
El diagnóstico se realiza mediante la visualización directa del mismo en el fondo de ojo realizado por profesionales con experiencia, y se confirma mediante un escáner específico de la mácula llamado OCT.
Ante la aparición de cualquiera de los síntomas descritos anteriormente es muy importante acudir rápidamente a un profesional especializado, ya que, al igual que en otras patologías de la mácula, el pronostico y las posibilidades de recuperación dependen mucho del estado de la mácula y del tiempo de evolución cuando se inicia el tratamiento.
Si bien no es un caso de tratamiento “no demorable” como pueden serlo los desprendimientos de retina o la DMAE exudativa, si se recomienda un tratamiento precoz, que dependerá de la evolución y del estadio en el que se encuentre.
Actualmente el único tratamiento posible es la cirugía. Es este caso se trata de la vitrectomía, una cirugía de mínima incisión mediante la que accedemos a la retina. El agujero macular no podemos cerrarlo directamente en la cirugía. Lo que se realizan son maniobras destinadas a inducir el crecimiento de tejido en el agujero, lo cual suele ocurrir en los pocos días siguientes a la operación. Si bien la mayoría de las veces se produce el cierre (en más de un 90% de los casos) esto depende de factores como, principalmente, el tiempo de evolución, así como las características del mismo. Aún produciéndose el cierre del mismo, no siempre se recupera la visión, ya que el tejido que crece puede ser más o menos funcional, y esto de nuevo depende principalmente del tiempo de evolución del agujero, de ahí la importancia del diagnóstico y tratamiento precoz.
El caso del agujero incompleto o lamelar es distinto. En la mayoría de las ocasiones produce poca sintomatología, avanza poco y despacio, y con la cirugía suele mejorar poco la visión. Igualmente la única opción es la cirugía, pero en este caso solo se realiza cuando hay pérdida de visión progresiva y se dan algunas características determinadas.
La vitrectomía es una cirugía ambulatoria y por lo general poco molesta, pero sí precisa de reposo absoluto en la primera semana y reposo relativo al menos durante 1 mes. En el caso de la cirugía de agujero macular se le dejará el ojo lleno de aire o de gas, tardando entre 1 y 4 semanas en desaparecer. Se le pedirá que mantenga decúbito prono o boca abajo durante las primeras horas o días, para mejorar la actuación del gas sobre el agujero.